"Esta bufanda la hizo Martha Brea Lopez para mí. Yo la conocía porque ella trabajaba en el Servicio de Psicopatología del Hospital Aráoz Alfaro de Lanús1 y yo en otro departamento del mismo hospital. Nos conocíamos de vernos pero nunca de hablar.

Me reencontré con ella en marzo del 77 a pocos días de haber aparecido en el Vesubio. Recuerdo que cuando llegó los guardias dijeron: ´ahora tenemos dos psicólogas´. Entonces yo ahí empecé a pedir que me lleven a verla y después de mucho insistir me lo permitieron, aunque sea por un minuto. No me dejaron ni siquiera levantarme la capucha para mirarla. Asi que me acerqué, le agarre las manos y le dije: ´Soy Ana Di Salvo´. Entonces ella me dijo ´Tu hijo está con tu familia en Tres Arroyos´. Para mí eso fue como un bálsamo. Porque cuando nos llevaron de mi casa, mi hijo se había quedado con la persona que lo cuidaba. Recién en ese momento me enteré que lo habían llevado con mi mamá y mis hermanas. Martha se había enterado por un psicólogo que era compañero mío y participaba de una organización de psicólogos que habíamos creado para juntarnos a leer y explicarnos entre nosotros algunos textos. Eramos jóvenes y muchos recién nos acabábamos de recibir.

Respecto de la bufandita, una de las cosas que yo decía era que cuando tenía frío en el cuello tenía frío en todo el cuerpo. Entonces ella, que la hacían trabajar de mucama en la jefatura del Centro Clandestino, una noche cuando la trajeron entró a las cuchas donde estábamos nosotras y la tiró por el aire para que me llegara a mi. ´Tomá che, psicóloga, para tu cuello´, dijo.

Yo sentí que en ese momento se había anudado algo entre ella y yo. Algo que ya venía armándose. Porque lo hizo ella y lo hizo a mano, porque no había aguja de crochet. La lana la sacó de ahí y se nota que al tejerlo se le fue terminando la combinación de colores y lo terminó con lana amarilla. La usé todo el tiempo en el centro clandestino y también me la ponía de almohadita. Después, me acompañó a todos lados donde fui a declarar: a Italia, a Francia, a la embajada de Alemania, a los juicios por la Verdad en La Plata. Para mí, esta bufandita la representa a Martha.

Yo fui liberada el 20 de mayo de 1977 y el 16 de junio de ese año, cuando llegó Susana Reyes, Martha ya no estaba. En el medio fue la masacre de Monte Grande y la muerte de muchos que estaban en esa época. Es en ese tiempo cuando ella desaparece.

Yo tengo en el fondo de mi corazón las ganas o el deseo de que haya sido encontrado algo de los restos de Martha en esas fosas espantosas. Sus hermanos dieron sangre en Estados Unidos pero aún no se sabe. Para mí, eso sería cerrar algo".

1 El Hospital Aráoz Alfano de Lanús mencionado por Ana Di Salvo actualmente se llama Hospital Evita.

* Testimonio de Ana María Di Salvo registrado por Memoria Abierta el 8 de julio de 2010. Ana estuvo detenida-desaparecida en el centro clandestino de detención "El Vesubio" entre el 9 de marzo y el 20 de mayo de 1977.