"El telar lo traje de Montevideo. Mónica y Claudio (su pareja) eran muy hábiles con las manos y les gustaban mucho las manualidades. Mónica tejía muy bien y cosía más o menos. Había decidido aprender telar porque tenía la intención de hacer prendas. Tenía todas las revistas "Nuestros hijos" y varios libros de manualidades que querían hacer para poder vender y aumentar su capital. Ellos si bien estaban trabajando, su deseo era independizarse y que nosotros viajáramos. Pero económicamente a nosotros no nos daba para los viajes. Esto ella me lo decía por carta porque era la forma de comunicación que teníamos.

Para nosotros el telar tiene mucha importancia porque lo usaba en el piso y Paula (su hija) se le colgaba de atrás. A causa de eso Mónica sabía decir que ella estaba vieja porque le dolía la espalda. Tenía 23 años pero decía eso.”

* Testimonio de Elsa Pavón registrado por Memoria Abierta el 9 de marzo de 2010. Elsa integró la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y, al momento de la entrevista, es miembro de la Asociación ANAHÍ de la ciudad de La Plata.