Ahí planteamos todas las diferencias y la persona con la que nos reunimos las aceptó. Nos auto-despromocionamos a milicianos y, a partir de ello, el 3 de julio del 77 dos compañeros y yo nos fuimos del país.

De todas formas, a pesar de que ya lo habíamos hablado con otra persona de la conducción, al que coordinaba nuestro grupo dentro de la organización le hice una carta explicándole nuestra decisión. La firmé como Matías Montiel, que era el nombre que usaba. La carta que escribí yo se perdió, pero quedó su respuesta. Es del 9 de junio del 77 y todavía no había decidido irme. Ahí puede verse que, para no hablar de Montoneros, hacíamos referencia a una empresa.

Esta carta apareció muchos años después en un cambio de casa de mi hermano. Estaba dentro de un libro de Cortázar donde seguramente la puse para protegerla. Pero me había olvidado por completo y un día se me apareció mi hermano con esto que es, para mí, otro tesoro".