"Cuando terminó el secundario en el Lenguas Vivas, Alejandra quería estudiar Antropología y Bellas Artes. Entonces yo le hice hacer un test vocacional. El resultado le dio exactamente lo mismo y como no sabía cómo se iba a defender en la vida le propuse un trato: que empezara Antropología y que, cuando estuviera en segundo o tercer año, empezara también Bellas Artes. Mientras tanto yo le pagaba un profesor de pintura. Recuerdo que cuando empezó a pintar este cuadro me dijo que era una nueva técnica que le estaba enseñando el profesor, que no era lo mismo que había estado pintando hasta entonces. Eso es lo que sé del cuadro, porque quedó así. Cuando se la llevaron a Alejandra, se llevaron también todo lo que era de ella: escritos, apuntes, etc. No me dejaron nada. El cuadro se salvó porque estaba en la casa del profesor. Ella pintaba allá porque en la casa donde vivíamos no había mucho lugar Este cuadro se lo voy a dar a mis sobrinas, pero si se llega a formar un museo prefiero dárselos a ellos. Quiero que quede algo de Alejandra para la historia. Para que el mundo sepa que algo ha sido mi hija y no una guerrillera como dicen por ahí". *Testimonio de Carmen Aguiar de Lapacó registrado el 24-11-2009. Al momento de la entrevista, Carmen es miembro de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y de la Comisión Directiva de Memoria Abierta. |