"El día que se la llevaron a Pinky (Electra Lareu) era el cumpleaños de José, su esposo. Estaban viviendo en un departamento en la calle Sánchez de Bustamante y ella estaba haciendo una torta. Entonces para hacer la torta o lavar los platos colgó el relojito del secaplatos. Después cuando nos conectamos con la gente de ahí me dijeron: ´En el secaplatos quedó el reloj de tu hija, llevatelo´. Fue lo único que pude recuperar de ella. Para dar la hora mucho no sirve. Es a cuerda, no anda muy bien y no tiene arreglo. Pero yo lo tengo como si fuera un prendedor. Le puse una cadenita para no perderlo y lo uso siempre para salir. Así como me pinto los labios, me pongo el relojito". *Testimonio de Carmen Vieyra de Lareu registrado por Memoria Abierta el 24 de noviembre de 2009. Carmen integró Madres de Plaza de Mayo y actualmente forma parte de la Fundación Memoria Histórica y Social Argentina. |